Ruta gastronómica en las Sierras
Desde hace un tiempo los foodies están de parabienes. A los clásicos pastelitos se les han sumado muchas opciones. Con influencia de los inmigrantes y enmarcado en bellos paisajes, el abanico gastronómico viene creciendo y promete. Te sugerimos cinco infaltables.
1. Goulash con spaetzle, en Villa General Belgrano
Este plato típico de Hungría fue acogido por la cocina alemana. Y los inmigrantes lo instalaron en “la Villa”. Lo encontrarás por todo el Centro de la ciudad. Ideal para días fríos y para reponer energías. Con un toque de páprika que le da un rico picante al cordero y un dejo de ahumado. Y los mini-ñoquis que acompañan de forma óptima. Maridado con alguna cerveza artesanal de la zona, es un plato que no hay que perderse. Si llegan con hambre, antes se puede picar una salchicha alemana con chucrut y de postre hay variedad de chocolates. Sin duda, Villa General Belgrano es el lugar para comer rico.
2. Sandwich de jamón crudo, en El Cóndor
Camino a las Altas Cumbres, de ida o regreso a la capital cordobesa, nada mejor que hacer una pausa en el Parador de El Cóndor. La vista es inigualable. Se puede admirar todo el valle hasta el lago San Roque y ese aire serrano se combina con el mejor sándwich que hayas probado. Córdoba se caracteriza por la calidad de sus fiambres. El jamón serrano es una de las vedetes, envuelto en pan casero. Y lo que es mejor, con un precio más que razonable. Para ver el atardecer y acompañar con una cerveza rubia.
3. Truchas a la manteca negra, en Alta Gracia
El Golf de Alta Gracia posee uno de los mejores restaurantes de la provincia. Con una vista relajante hacia los campos deportivos, la cocina comandada por Roal Zuzulich no te va a defraudar. Con un uso interesante de los sabores locales y dándole una vuelta de rosca, uno de los platos más deliciosos es la trucha a la manteca negra. Las porciones son de tamaño considerable, por lo que se recomienda ir con apetito.
4. Merendar en Capilla
Volviendo a Punilla, Capilla del Monte esconde un tesoro. Se trata de “Sabía que venías y preparé pastel”. Un lugar de los especiales donde disfrutar las más ricas meriendas y brunchs. Aquí es difícil decidirse, por lo que se recomienda probar un poquito de todo. La calidad de sus productos es un distintiva. Uno de los preferidos es el strudel de papas y queso brie y, para los más golosos el budín de algarroba, higos y nueces.
5. Que la vida te sorprenda
Todo tipo de platos serranos pueden sorprenderte en Sabores que matan. Un pequeño restaurante al pie del Champaquí, en cercanías de San Javier. Cada día, una única propuesta en la que, generalmente, hay un pescado de la zona, con ricas guarniciones, siempre en consonancia con el ambiente serrano. Para terminar, el café a la olla es una mezcla de sensaciones y perfumes que nunca vas a olvidar.
Fuente: www.lavoz.com.ar